Ya hablé en el último post sobre las bondades que tiene Bogotá y lo que me gusta de la ciudad en la que he vivido tanto tiempo. Pero todo tiene multiples caras, ahora vengo a exponer lo que más me molesta de esta urbe gigantesca y gris de la cual he tratado de escapar varias veces.
100 años del metro
Bogotá es una de las ciudades más pobladas del mundo que NO tiene metro, y eso se sufre a diario. Estoy seguro de que la gran mayoría de los bogotanos dirían que uno de los peores problemas de la ciudad es la falta de un servicio de transporte eficiente. Atravesar la ciudad de sur a norte puede tomar horas, lo que afecta la calidad de vida de millones de personas que salen todos los días a trabajar y gastan gran parte del día en el transporte.
El metro se ha estado planeando durante años y hasta ahora se ve la luz al final del túnel. La única solución que planteó la ciudad fue el mediocre e ineficiente TransMilenio, que es un BRT (Bus de Tránsito Rápido) que recorre algunas vías principales de la ciudad de forma exclusiva. El sistema es relativamente rápido si se compara con el sistema viejo de buses, pero también colapsa fácilmente, es inseguro y requiere muchos cambios de servicio para llegar a zonas alejadas de la ciudad. Además, la frecuencia de los buses es totalmente aleatoria. Se complementa con el SITP, que es el sistema de buses que recorre vías secundarias y llega a sectores alejados. En cuanto a cobertura, no está mal, pero en cuanto a servicio deja mucho que desear.
Es que ni los taxis van a donde uno necesita, en Bogotá primero toca pedirle permiso al señor taxista a ver si se le da la gana de ir a algun sitio. Afortunadamente las plataformas han ayudado a mejorar el servicio, pero hasta los taxis se volvieron un dolor de cabeza en la ciudad.
Todo esto se suma al pésimo estado de muchas calles en la ciudad y a la infraestructura pobre y envejecida. Las calles principales en Bogotá son angostas, y hasta las autopistas se quedan cortas para la cantidad de tráfico. Para completar, como el transporte público es ineficiente, mucha gente tiene carros y motos; hay demasiados y eso termina de congestionar la ciudad.
Si no me creen, incluso la DW (servicio de noticias de Alemania) dice que Bogotá tiene el PEOR tráfico del mundo.
La seguridad
Recientemente se volvió viral un audio de Santiago Moure que reza: «La transición entre Bogotá y la muerte es casi inperceptible». Esa frase resume de forma contundente la percepción de seguridad que tenemos los bogotanos. Y es que yo creo que absolutamente todos hemos sido victimas de robo al menos una vez en la vida, lo cual para mí, es inaceptable.
Y no es que uno salga a la calle e inmediatamente lo atraquen, o que en cada viaje en Transmilenio lo roben, pero sí es muy común oir gente cercana que es víctima de robos, y pueden pasar en cualquier parte y de cualquier forma. Según el propio consejo de Bogotá, en la ciudad en 2023 hubo más de 150000 robos, más del triple de Buenos Aires.
Hay zonas de la ciudad que están completamente restringidas y que incluso los locales evitamos a toda costa, lo peor es que muchas están en pleno centro de la ciudad. Lo que debería ser un sitio turístico para el disfrute de todos, se convirtió en una cloáca a la que no quiere entrar nadie. Me refiero a barrios como Santa Fé, San Bernardo, y la zona de Tercer Mileno que queda solo a cuadras del Palacio Presidencial.
Transmilenio y el SITP son sistemas inseguros, cuando los buses están atiborrados es fácil ser victima de cosquilleo, si van vacios y es de noche lo pueden hasta atracar. Lo mismo pasa en las estaciones que se quedan cortas de seguridad o están ubicadas en zonas peligrosas, igual acá hasta los policias deben tener miedo.
Y si usted va en su carro particular, igual, en ciertas zonas hay que tener precaución porque le roban los espejos, porque lo pueden atracar, si deja mal parqueado le sacan el radio, el computador, las ruedas, lo que puedan, y así, no se puede andar tranquilo nunca.
Y si a todo esto, le sumamos el amarillismo de algunos medios y de las redes sociales, pues aquí se siente intranquilo todo el mundo, porque la sensación de inseguridad se exacerba y se vuelve imposible vivir.
La ciudad que pudo ser
Recuerdo mucho un afiche que tenía mi madre en la casa; se veía el tranvía de Bogotá en los años 40 y la frase «No solo nos queda la nostalgia de la ciudad que fue, sino también la que pudo ser». Y es que sí, en las fotos antiguas, la capital se veía con potencial, tenía hasta un sistema férreo de transporte, y eso desapareció. Es como si el progreso fuera hacia atrás en Bogotá.
Como ya mencioné, la infraestructura de la ciudad se queda corta, pero además la existente está descuidada. Vuelvo al tema del centro de la ciudad: es la zona histórica, con arquitectura colonial y barrios hermosos que cuentan la historia de la ciudad, pero uno va y tiene la sensación de que no se ha pasado un plumero en años. La carrera Décimay la Caracás están llena de edificios viejos, feos y destartalados.
Se han hecho ciertos esfuerzos para mejorar la ciudad, como los puentes de conexión de TransMilenio y la reparación de la calle 6 y la carrera 30, pero realmente se convirtieron en focos de indigencia y venta de drogas. Pasar cerca de los puentes de Tercer Milenio es casi imposible, no solo por lo inseguro, sino porque el olor es insoportable (y no quiero culpar a las personas que se ven obligadas a vivir allí) y la basura ronda por todas partes. A los gobiernos les quedó grande la ciudad y parece que cerraron los ojos ante los múltiples problemas.
Ahora, Bogotá aparte de Monserrate se queda corta en monumentos y sitios históricos, y aunque la ciudad es la más visitada de Colombia, me parece que para ser una capital no es que tenga tanto para mostrar. Sí hay actividades, restaurantes, cafés, y demás. Pero aparte de La Candelaria y un par de zonas más, no encuentro grandes monumentos o atractivos únicos que sean motivo de orgullo. No explotamos nuestra herencia indigena, ni la española, y no hay nada para mostrar otras costumbres típicas, es como que hay imaginación para crear circuitos artisticos o barrios diferentes donde la gente quiera ir, es otra asignatura pendiente aquí.
El peor ejemplo de degradación es la carrera 7a, la principal del centro de Bogotá, los viernes en la noche solía haber el Septimazo, habían vendedores, comida callejera y era peatonal. Eso se perdió, y ahora hay vendedores todos los días, pero sinceramente ya no es agradable, muchos puestos venden casi chatarra y por la cantidad es muy dificil hasta caminar. Y de nuevo, acá no culpo a la gente que trata de sobrevivir vendiendo, pero falta orden por parte de las autoridades para que sea un beneficio para todos.
La desigualdad
No sé hace cuánto, algunos genios decidieron que para distribuir los subsidios lo mejor era estratificar la ciudad, entonces las zonas más pobres son estrato 1 y se va subiendo hasta los barrios exclusivos de estrato 6. Eso funciona igual en todo el país, creo.
Y lo que pasó es que el sistema se convirtió en una forma sistematica de discriminación y un impedimento más para la movilidad social. Esto, desde mi punto de vista, también ha hecho que algunas zonas de la ciudad tengan más inversión y estén mejor mantenidas que otras.
Entiendo que en toda ciudad hay zonas turistica y con más atracciones que otras, normalmente en los barrios residenciales no hay mucho qué ver. Pero la proporción en Bogotá se me hace increible. Siento que muchos esfuerzos de conservación y mantenimiento están focalizados en pequeñas partes de la ciudad. En el sur no hay nada que ver, por ejemplo, hay un parque gigante, el del Tunal, que sí tiene biblioteca, ciclovia, un centro deportivo, pero no tiene arboles, no tiene gracia, es feo. No sé si esto sea un prejuicio mio, pero creo que es evidente que hay una zona, una zona gigante de la ciudad que ha sido ignorada por años.
La desigualdad también se siente en temas que ya mencioné, la inseguridad es mucho peor en los barrios, hay zonas totalmente tomadas por bandas y grupos ilegales. El pésimo servicio de transporte lo sufren más los que viven más lejos, tienen que tomar incluso buses o transporte ilegal para poder salir de los barrios.
Conclusión
La verdad es que Bogotá tiene muchos problemas, algunos muy complejos y no creo que se resuelvan pronto, tal vez nunca. Igual, también tiene sus cosas buenas y es donde crecí y donde tengo mi familia y amigos, así que tal vez no la cambiaria. Sin embargo muchos aspectos me parecen insoportables así como la actitud de los gobernantes y muchos ciudadanos que aportan al problema.
A veces se siente que la ciudad es de nadie, todos llegan, comen, se abastecen y luego tiran el papel a la calle, salen a robar, salen a dañar, o simplemente se hacen los que no es con ellos, entre toda esa dinámica la ciudad se oscureció, se aviejó, se deterioró, se volvió triste.
Y es una pena, porque lleva en pie casi medio milenio, y es parte fundamental no solo de la historia de Colombia, sino de toda la región norte de Sudamerica, es la capital y debería ser la joya para mostrar, y no solo para turistas, debería ser la ciudad donde la gente quiera vivir pero no por necesidad, sino por gusto. Yo de todo corazón espero que el progreso llegue algun día, en infraestrucura, en economía pero también en lo social y que todo el que llegue se sienta orgulloso de tener sus cabezas 2600 metros más cerca de las estrellas.
Ingeniero de sistemas con más ganas de viajar que trabajar
¿Ya leiste mi libro?
https://www.amazon.com/dp/B0B4YR7KLM