Después de pasar unos días en Biarritz y Bayona decidimos probar suerte en Toulouse, capital de la región de Occitania en el sur de Francia, allí estuvimos viviendo (Octubre de 2020) pero mientras lo hicimos aprovechamos una promoción de SNCF que es la compañía nacional de trenes en Francia, muchos destinos relativamente cerca a Toulouse estaban a solo 1 euro por pasaje, así que decidimos que haríamos viajes de un día desde Toulouse para conocer lo que más pudiéramos de la región en que estamos viviendo, acá vale decir que el servicio de trenes es puntual, aseado y muy cómodo, y en tiempo de pandemia es obligatorio usar tapabocas para evitar contagios. Así fue como conocimos uno de los más lindos pueblos de la Occitania en Francia.
¿Qué ver en Carcasona?
El primer destino que conocimos fue un sitio muy famoso que ya teníamos en el radar incluso antes de venir a Francia, acá no usamos tren, llegamos por bus porque aún no sabíamos de la promoción que les mencioné, ese destino es Carcassone, o Carcasona en español, una de las ciudades más visitadas de Francia, se trata de una pequeña ciudad de unas 45000 personas que tiene un atractivo muy particular, conserva una ciudadela medieval cuya historia viene de antes de Cristo.
La ciudad tuvo gran importancia porque en el siglo XIII los que mandaban allí eran los Cátaros, luego de la cruzada la ciudad fue tomada por los franceses, a partir de allí se volvió una ciudad fronteriza entre Francia y el reino Aragonés, así que las fortalezas eran cruciales, hoy en día se mantienen en pie las murallas, las torres, una iglesia (la basílica de san nazareno que tiene su origen el año 800) y más, la ciudadela se ve en muy buen estado, está perfectamente mantenida. La entrada es gratis, el único tour es para subir a una sección de las murallas pero lo consideramos innecesario pues uno puede acceder a muchos otros sitios sin pagar.
La ciudad medieval de Carcasona
Dentro de la ciudadela hay restaurantes, cafés, heladerías y tiendas de recuerdos, algunas muy interesantes pues están enfocadas en figuras medievales, incluso hay tiendas donde uno puede vestirse como gente de la época para tomarse la bonita foto. Un dato curioso es que en la entrada principal se encuentra una estatua de Lady Carcas, que según la leyenda dirigió al ejército de la ciudad y pudo detener el asedio del mismísimo Carlomagno.
Aparte de la ciudadela, en la ciudad pueden encontrar la catedral de Carcasona que fue construida por allá en el 1200 por orden del Rey San Luis, de hecho parte del centro de la ciudad fue mandado a construir por este mismo rey en un intento de fortificar la ciudad más allá de la ciudadela. En general el centro histórico también merece la pena ser caminado, también hay variedad de bares, cafés y restaurantes.
¿Qué hacer en Narbona?
Después de descubrir la promoción de los trenes, decidimos ir a la playa para aprovechar los últimos rayos de sol antes de la llegada del otoño, decidimos ir a Narbonne, una pequeña ciudad de unas 50 mil personas que se sitúa al suroeste de Toulouse casi sobre la costa del mar mediterráneo, aunque ya nos habían advertido que desde Narbonne hasta la playa había distancia creímos que sería fácil conseguir transporte público, pues no, los domingos el transporte es casi inexistente así que nos quedamos con las ganas de la playa.
Sin embargo la pequeña ciudad también tiene más qué ver aparte de la playa, Narbonne fue la primera colonia de los Romanos en Francia, por tanto tiene su valor cultural, por la ciudad pasaba la Via Domitia construida por los romanos en el siglo I, servía para unir Roma con España pasando por Francia, una sección del camino original está aún conservada en la plaza central de la ciudad.
Algo muy lindo de esta ciudad es la inmensa catedral de San Justo y San Pastor, una increíble construcción empezada a finales del siglo XIII y que por diversos conflictos nunca fue se terminó, sin embargo no hace falta pues es hermosa tanto por fuera como por dentro. Otro sitio para visitar es el mercado donde pueden comprar productos frescos y también comida preparada, pueden pasar el canal de la Robine por el puente de los mercaderes, que no es un puente sino una calle que llena de tiendas que atraviesa el canal.
Un sitio más que valdría la pena visitar porque es único, pero al que desgraciadamente no fui, es el Horreum Romano, una especie de bodega que usaban los romanos para almacenar provisiones, hasta donde leí hay muy pocos de estos sitios aún en pie y que puedan ser visitados. De nuevo la invitación es caminar por todas las calles que puedan, este pueblo tiene muchas calles empedradas que le dan un toque muy clásico, así que vale la pena.
¿Qué hacer en Auch?
Otro sitio que visitamos fue Auch, aquí teniamos muchas ganas de venir pues leímos buenas recomendaciones, está a una hora y media por tren desde Toulouse, ése día salimos de afán y no lleve mi cámara, y créanme que me arrepiento pues es un sitio muy lindo para visitar.
La población aquí apenas supera los 20 mil. El centro histórico queda situado en una especie de montaña, por lo que de lejos parece una fortaleza, en la parte baja solo vimos unos jardines públicos muy bien mantenidos, el resto de la visita fue en la parte de arriba a la que podrán acceder por unas escaleras grandes que precisamente se llaman monumentales, cuando suban se encontrarán con una estatua del Caballero D’Artagnan, famoso por ser el protagonista de la famosa novela de Alexander Dumas, al parecer el personaje histórico nació en alguna ciudad cercana y por lo tanto es célebre en toda la zona. Siguiendo por las escaleras también hallarán una obra de arte que conmemora a los muertos de una inundación que arrasó con el pueblo años atrás.
Al terminar las escaleras ya se está en el casco histórico, pueden intentar buscar las 5 Pousterles, que son escaleras por donde se subía el agua desde el río hasta el pueblo en la era medieval, y de hecho al verlas y caminar por las calles estrechas y empedradas, en realidad se siente como estar en el pasado, cuando encuentren esas escaleras se darán cuenta que muchas casas tienen aún un estilo medieval que es sencillamente genial. Ya arriba encontrarán una parada del camino de Compostela, la catedral de Santa María de Auch, construida entre los siglos XV y XVII.
Justo detrás de la catedral está el palacio Episcopal que se usa como museo y una torre que pretendía mostrar el poderío del Obispo de Auch en el siglo XIV, en algún momento pesaron usarla como prisión pero terminó siendo solo una bodega, de todas formas todo el edificio es bellísimo también. En frente de la catedral también está la alcaldía y la oficina de turismo que está ubicada en la que puede ser la casa más famosa del pueblo por su aspecto típico medieval conservado. Otro sitio de valor histórico que encontramos por casualidad es la casa donde vivió el que luego se convertiría en el Rey Enrique IV de Francia y Enrique III de Navarra, solo se puede entrar y ver las escaleras, porque contrario a lo que creí, hay personas viviendo en el edificio así que no es un sitio turístico.
¿Qué hacer en Montauban?
Cerraré este post con otro destino que para mí sería el menos favorito, pero que igual valió la pena, aún me quedan otros destinos que haré en una segunda parte. Montauban es otro viaje de un día desde Toulouse, queda al norte, a una hora más o menos en tren. Esta es una pequeña ciudad con casi 60 mil habitantes, lo que más me impresionó sin lugar a duda fue la catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Montauban construida en el siglo XVII, esta iglesia me llamó la atención pues es blanca a diferencia del resto, además en la fachada están las estatuas de los 4 evangelistas (No pude tomar una buena foto pues la plaza está en reparaciones y no hay como tomar una foto de frente), algo que no había visto.
En el interior también hay sendas estatuas de San Agustín y San Ambrosio, realmente parece un museo. Al caminar por las calles del centro llegarán a la Plaza Nacional que se veía mejor en fotos, es una plaza rodeada de restaurantes y tiendas que empiezan a cerrar tan pronto es la una de la tarde. Otro edificio muy lindo es el del Museo Ingres que solía ser la residencia de los obispos de la ciudad, el edificio fue construido en el siglo XVII pero al parecer hay sitios subterraneos más viejos. Justo detrás del museo está el Punte Viejo (un nombre muy común en los puentes) que cruza el río Tarn, este puente está en pie desde el siglo XIV y tiene más de 200 metros de longitud.
Bueno, espero contarles más en el siguiente Post.
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