Yo me atrevería a decir que todos, o casi todos, en Colombia tenemos un familiar o un conocido que se fue del país desde hace tiempo, todos oímos lo típico: Que manda plata, que invirtió en Colombia, que viaja, que mantiene a la familia, etc. Todo eso puede ser verdad, pero salir del país también tiene su lado, digamos, negativo, lo que nadie cuenta por pena o por orgullo. Ahora en tiempos de redes sociales ése fenómeno se nota más, nadie postea una foto limpiando el piso de un baño, eso genera la sensación de que la vida en otro país es solo risas. Repasemos las realidades y mitos de la migración
El idioma
Ahora, no se trata de un post pesimista, ni negativo, ni que les diga que no vale la pena hacerlo, se trata de ser honesto a la hora de plantearse la posibilidad de migrar o ir a estudiar a otro país, yo tuve la oportunidad de estar en Australia casi 4 años y ahora mismo vivo en Francia. A Australia llegué con inglés intermedio y a Francia con francés casi nulo, así que acá va la primera realidad, para llegar a un país y hacerse un hueco en la sociedad es necesario aprender y dominar el idioma, de lo contrario es posible que termine marginado y frustrado, juntándose con personas de su misma nacionalidad y envuelto en una realidad similar a la que quería dejar atrás.
Y sí, es cierto que estando inmerso en el idioma ayuda a mejorar, pero hay que poner muchas horas de estudio y de voluntad, por ejemplo, si usted quiere migrar a Australia o Canadá no le basta con entender y hablar bien, seguramente tendrá que demostrar que sabe escribir y leer incluso mejor que un nativo.
El dinero y el trabajo
Se puede hacer plata, sí, porque la moneda colombiana no vale un carajo, y muchas otras de este lado del mundo, tampoco. Entonces si un colombiano gana unos 2000 dólares (por ejemplo) al mes, y puede enviar algo de eso a Colombia, eso es un platal, entonces sí se puede hacer plata, además porque los salarios en el primer mundo son más justos y alcanzan hasta para ahorrar.
Pero lo que pocos dicen es que conseguir un trabajo no siempre es fácil, claro hay casos y casos, pero si es difícil conseguir trabajo en el propio país, con el idioma y muchas veces con títulos y una red de contactos, imaginen llegar a un sitio donde apenas pueden comunicarse, sin conocer a nadie, y muchas veces con visas que ponen muchas trabas, la mayoría de empleadores prefieren los nativos y ahorrarse líos, por lo tanto la mayoría de trabajos disponibles para el emigrante que recién llega o para el estudiante son los que difícilmente harían en su país: lavar platos, lavar baños, cuidar ancianos, cuidar niños, etc.
Y no es que esté mal, todos pasamos por eso, pero solo el que trabaja sabe lo que es quemarse con el agua hirviendo del lavaplatos o el dolor de espalda luego de cargar una aspiradora 4 horas, o trabajar 12 horas seguidas para conseguir la plata de las deudas. En fin, detrás de cada dólar o euro ganado hay esfuerzo, sudor y hasta lagrimas que en una agencia de migración o estudios no le cuentan.
Vivir bien
Lo que muchos buscamos cuando nos vamos es seguridad, la satisfacción de vivir bien y no andar preocupado por plata y otros temas, la verdad es que en otros países uno sí se quita muchas cargas emocionales de encima, pero eso viene con el precio de la incertidumbre, al menos mientras no tenga una residencia temporal, y para llegar eso pueden pasar años.
Cuando llegué como estudiante a Australia tenía visa por un año, durante ese año pagué deudas, pero siempre pensaba ¿Qué haré después?. Al año pagué una visa de estudios más larga, o sea más deuda, ¿y después?. Los procesos migratorios no son baratos y no son rápidos, hay que cumplir toda suerte de requisitos que exige un país, algunos son relativamente fáciles, otros no, el estar pensando cómo lograr esos requisitos puede llegar a ser muy desgastante, yo conozco personas que llevan años, hasta 8 años tratando de conseguir una mejor visa y no han podido. A eso sumen que los años van pasando y cada vez se vuelve un poco más difícil.
La cultura
La adaptación a otra sociedad es fundamental en un proceso de migración, y no es solo el idioma, son las costumbres, la comida, la música, las leyes, etc. Cambiar la forma de alimentarse es muy difícil para algunas personas, un kilo de carne de res que en Colombia cuesta unos 5 dolares, puede costar 20 en otros países, lo cual termina siendo un lujo; muchos otros alimentos no se consiguen o son raros y caros, por lo tanto uno tiene que tener la mente abierta a cambiar la forma en que come.
Ahora bien, la forma de trabajo en otros lugares como Alemania es más estricta a la que estamos acostumbrados, la escuela es diferente, incluso la forma de caminar, en Australia uno respeta su izquierda no su derecha, así que hay muchas cosas que pueden llegar a chocar con lo que uno tiene en la cabeza, incluso temas como la tolerancia al homosexualismo, o la igualdad de géneros son tratados de forma distinta a nuestros países de origen y eso puede causar conflictos internos.
¿Vale la pena?
Y sí, irme del país será una de las mejores cosas que he hecho, porque Colombia y yo somos incompatibles, pero tampoco he logrado estabilidad en otro país porque no he podido cumplir los requisitos, y ahora mismo me encuentro pensando ¿Y ahora qué?. He aprendido muchísimo y no me arrepiento de nada, pero sí es importante que tengan en cuenta que si quieren migrar deben informarse lo que más puedan, deben esforzarse mucho porque en ningún país los van a recibir con casa, carro y beca. Una profesora de mi universidad solía decir que las cosas buenas valen plata, y más que plata valen esfuerzo, de ustedes depende que un tiempo en el exterior no se les vuelva una mala experiencia.
Entre más conozcan un idioma más fácil será adaptarse, conseguir un trabajo, vivir. Entre más sepan de sus profesiones u oficios, más buscados serán en el mercado laboral, entre más flexibles sean con sus costumbres más rápido se acomodarán a otras sociedades. Mi invitación es que lean, busquen y se asesoren bien antes de tomar decisiones apresuradas.
Y por favor NUNCA, pero NUNCA, NUNCA le hagan caso a la primera agencia de estudios o migración que visiten, ellos tienen un negocio y unas ventas que hacer, ustedes solo son clientes, tienen que ver siempre más opiniones y ustedes mismos armar una visión de lo que quieren y de sus posibilidades. No se coman el cuento de que Canadá está pagando por migrar, o que hay una ciudad en Italia que regala tierra por irse a vivir u otras cuantas bobadas que aparecen en internet. Recuerden que todo tiene un precio, que la vida es una balanza y si quieren tener algo, irremediablemente tendrá que arriesgar otra cosa.
Nota: La imagen de arriba es tomada por Marc-Olivier Jodoin y la tomé de Unsplash
Ingeniero de sistemas con más ganas de viajar que trabajar
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