Cancún y sus alrededores tiene montones de cosas y sitios para disfrutar, Playa Mujeres, La Rivera Maya, Playa del Carmen, Tolum y más, pero definitivamente algo que, según mi humilde opinión, debes hacer y conocer si estás en Cancún es Chichen Itza, una de las 7 maravillas del mundo.
Chichen Itza
Y dado que tenía poco tiempo, pues mi balanza se inclinó por las ruinas de la civilización Maya que quedan a unas 4 horas de Cancún en bus, el bus se toma desde la estación del ADO (como la canción del Tri) en el centro de la ciudad y va hacía un pueblo llamado Pisté, el pasaje de solo ida debe rondar los 180 MXN, igual el bus te deja a unos cuantos pasos del complejo histórico de Chichen Itza donde deberás pagar unos 480 pesos mexicanos si eres extranjero (casi 25 USD) (pueden averiguar los precios oficiales aquí) y adicionalmente el guía si quieres una visita guiada.
Como yo soy pobre no pagué guía, pero me fui muy cerquita a un grupo que sí había pagado y alcancé a oír datos interesantes sobre las ruinas, como el hecho de que la pirámide principal (la de Kukulkan, serpiente de plumas) tiene 4 escaleras cada una con 91 escalones y adicionalmente el último para llegar a la cima, o sea 365 escalones igual que los días del año, además las barandas terminan en cabezas de serpiente y durante ciertos días del año (los equinoccios) la sombra baja simulando así el descenso del dios Kukulcán a la tierra. También que si aplaudes en frente de las escalinatas, gracias a la geometría de las mismas se oye el sonido que haría un quetzal.
Hay también un campo donde se practicaba algo muy similar al fútbol y donde participaban hasta 40 personas, los arcos eran más bien cestas como las de basquetbol pero verticales.
El complejo en sí es bastante grande y se tarda al menos medio día en recorrerlo todo, pero vale la pena ya que es la muestra fehaciente de que las culturas prehispánicas eran desarrolladas, tenían calendarios, cálculos matemáticos precisos y una arquitectura que no tiene nada qué envidiar a las Europeas o Asiáticas. Chichen Itza es un cicatriz marcada en la cara de un continente al que le impusieron una historia a las malas, pero bueno, esto no es editorial.
Al salir de Chichen Itza un señor de un taxi me llevó amablemente hasta la carretera principal, el señor creyó que yo era de Monterrey, pero se alegró al saber que venía de Colombia, le dije que venía sin mucho dinero y se ofreció a acercarme sin cobrar hasta un pequeño hotel que había pagado pasar la noche, parecía que ese día no había mucha gente en el hotel pues no me crucé a nadie, ahora que lo pienso, no debí pagar los 60 USD que me costó ese hotel pues perfectamente me hubiera podido devolver a Cancún en la tarde, pero eso es algo que no investigué bien y me salió algo caro.
Al día siguiente fui hasta Pisté para conocer y almorzar, la verdad es que no había mucho que ver ni muchos sitios para comer algo, terminé en un buffet donde aproveché para comer de todo y llenar el tanque, también compré una mochila en uno de las pocas tiendas que estaban abiertas y que aún cargo de vez en cuando, de ahí tomé bus hasta un pueblo llamado Valladolid que tiene una arquitectura muy colonial y un ambiente muy colorido, allí solo me tomé un par de fotos y caminé por una media hora, luego regresé a Cancún.
El Cancún menos turístico
El cuarto y último día lo dediqué a caminar por la Cancún menos conocida, el centro de la ciudad, menos lujosa y más familiar, regresé a almorzar a las Kekas (no estoy haciendo publicidad pero es una opción buena y barata), recorrí las calles y llegué a un sitio muy recomendado el Mercado de la 28.
Es el lugar perfecto para comprar recuerdos y negociar tal cual lo haría en Colombia, en cuanto saben que eres extranjero quieren cobrarte lo máximo posible, así que es mejor llevar pesos y no dólares o sino va a ser peor, puedes comprar cualquier tipo de artesanía como una hermosa estatuilla que le lleve a mis padres y que está hecha de hueso de algún pez que se me escapa, o tequila y mezcal o llaveros o lo que quieran, sin embargo el tequila y los dulces salen más baratos en el Wallmart de la avenida Xcaret que queda a solo 15 minutos, pero allá ustedes.
No sé si volveré, pero sí sé que fueron 4 de los mejores días de mi vida, muchas emociones en muy poco tiempo y la sensación de qué era solo el principio de muchos viajes, aún recuerdo la llamada que le hice a mi mamá para contarle que había estado en la playa, que había visto gaviotas y que en solo 4 días los extrañaba, la sensación de estar lejos de todo lo que conoces y que después se volvería algo normal, la sensación de estar descubriendo y de estar viviendo algo extraordinario, Cancún será siempre mi primer amor, mi primera experiencia y un destino que recomiendo totalmente para cualquier clase de viaje.
Ingeniero de sistemas con más ganas de viajar que trabajar
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