Conocer Moscú y estar en el mundial 2018 parecía algo irreal hasta que oí anuncio de la venta de boletas para el mundial de 2018 se hizo en 2017, el mecanismo consistía en inscribirse en la página web del evento, elegir qué partidos quería uno ver y esperar un sorteo. Al principio no le puse mucho interés al tema, pero cuando se acercó la fecha de la inscripción pensé que podía ser una inversión para cumplir una especie de sueño que muchos hombres tenemos, ir a un mundial de fútbol. El de 2014 fue cerca a casa pero en esa época apenas empezaba mi primer trabajo y no tenía la forma de ir, esta vez ya tenía algo de dinero ahorrado, luego de hablar con una amiga decidimos inscribirnos y esperar si éramos afortunados.
Para hacer las cosas más emocionante compramos dos entradas a dos partidos de la primera ronda, pero fueron partidos al azar sin saber exactamente cuáles nos podían tocar, muchos me criticaron por no haber escogido los partidos de Colombia, pero la verdad me daba igual, yo solo quería estar allá y ver fútbol sin importar a qué equipos me tocaba ver.
La respuesta llegó a finales de 2017, ¡era acreedor de dos entradas a partidos de la primera ronda del mundial Rusia 2018! Fue un gran momento para estar vivo, cada entrada me costó 105 dólares gringos, las entradas eran para partidos en la ciudad de Sochi y Rostov, aún no se sabían los partidos pero era lo de menos, ahora lo importante era armar viaje para Rusia, investigando un poco me di cuenta que el viaje desde Australia hacia escala en China, entonces pensé que sería una oportunidad para ir a conocer la muralla, acá les dejo este post. Lo bueno es que a los colombianos no nos piden visa para Rusia, sin embargo por la compra de boletas teníamos acceso a un Pass ID que servía como visa para cualquier persona entrando al país, así que nada, relativamente fácil.
Después de ir a visitar China, tomamos avión hacía nuestro destino soñado: El mundial de Rusia 2018, llegamos el 8 de Junio al aeropuerto de Sheremetyevo, uno de los 4 de la ciudad y el más concurrido de todos, solo al llegar y cruzar la zona de migración se sentía que éramos parte de un gran evento, un grupo de jóvenes rusos con camisetas rojas recibían a los turistas para darles instrucciones y consejos sobre su estadía en el país, ahí mismo nos indicaron como comprar una simcard para poder tener acceso a internet, 15gb de Internet por un mes nos costaron unos 400 rublos, acabo de revisar (Junio de 2020) y un operador virtual como Lyca ofrece 15Gb por solo 250 rublos.
También nos indicaron que ruta de bus tomar para llegar a una estación y ahí usar el tren hasta otra estación cercana al hotel, cabe decir que el transporte público también era gratuito ya que teníamos el Pass ID del mundial, el bus que tomamos iba repleto de gente de todas partes que iba llegando a la ciudad al igual que nosotros.
Moscú
Como siempre yo tenía apartado un hostel, al llegar no nos pareció mal, era una habitación con unas 8 camas sencillas y solo estábamos mi amiga y yo, ella nunca había estado en hostales antes, su primera experiencia fue en Beijing conmigo, no le pareció malo pero tampoco la mejor de las experiencias, en fin.
La primera noche solo salimos por ahí y entramos a un restaurante de cadena que se llama Mu Mu, cenamos algo y nos fuimos a dormir. Pasamos la noche pero el hostal no era muy cómodo y olía demasiado humedad así que decidimos movernos a otro sitio, elegimos otro hotel barato situado en el parque Izmaislovo, el hotel es muy simpático porque queda dentro del parque y para llegar hay que atravesarlo, puede parecer peligroso pero la verdad es que uno casi nunca se cruza con nadie. Al llegar a ambos hoteles nos pidieron pasaportes para registrar nuestra visita, al parecer es algo que exige el gobierno ruso.
El Mercado de Ismaizlov
Lo primero que realmente disfrutamos en Moscú fue el hermoso mercado de Ismaizlov, o kremlin de Ismaizlov, es un conjunto de edificios con la particular estructura rusa que está convertido en mercado, es el sitio perfecto para comprar todos los regalos y souvenires, también hay restaurantes relativamente baratos, y bueno, en general Rusia es un destino barato para los latinos ya que el rublo no es tan fuerte.
En el mercado hay de todo, las famosas matrioskas (muñecas de madera que están metidas una dentro de otras), cajas musicales, sombreros, y claro, todo lo relacionado al mundial. de todas formas al verles la cara de turistas los vendedores les darán precios exagerados así que es bueno que saquen sus dotes de negociante, aunque puede ser complicado pues los rusos hablan poco inglés, pero por ser vendedores se esfuerzan por entendernos y hasta podrán oir un «Hola» por ahí. Para llegar al mercado tienen que usar el metro hasta la estación Partizanskaya, una vez salgan estarán a unos 5 minutos caminando.
Después del paseillo por el mercado tomamos el metro hacía el centro de la ciudad, las estaciones de tren son las más lindas que he visto, son obras de arte en sí, y están situadas muy por debajo de la superficie ya que los soviéticos estaban obsesionados con la guerra y las construyeron para que sirvieran de refugios antibombas, por dentro tienen estatuas de la era soviética, las paredes están talladas o tienen pinturas, todas son elegantes y agradables, lo mejor de todo es el sistema de metro, todo está bien señalizado y los trenes viejos pero en buen estado pasan cada DOS minutos sin importar la línea o si van desde o para el centro, es una locura, además todo gratis gracias al pase.
La Plaza Roja
Al salir de la estación, no recuerdo cuál era, nos dimos cuenta que estábamos a punto de presenciar un gran evento, las calles estaban repletas de personas de todas partes del mundo, con sus camisetas puestas, cantando y haciendo ruido con lo que tuvieran a mano, la gente iba y venía casi todos en grupos.
En la principal plaza de la ciudad, La Roja, también había grupos de diferentes nacionalidades, aunque una parte también estaba cerrada pues estaban montando una estructura con forma de silletería (seguramente para disfrutar los partidos allí). Nos llamó particularmente la atención un grupo del Perú que además de los cantos tenían música de allí y bailaban todos juntos, también había un gran grupo de uruguayos, algunos africanos y por supuesto colombianos, con ellos nos juntamos y esperamos que llegaran otros hasta formar un grupo grande, compartimos nuestras experiencias llegando a Rusia y luego nos fuimos todos a caminar por lo alrededores de la plaza.
Justo al lado hay un centro comercial llamado GUM que está bien para caminar un rato, comer algo y para algo muy esencial: ir al baño si lo necesitan. Muy cerca a la plaza hay una calle llamada Tverskaya, allí hay cafés, restaurantes y bares, en uno de esos bares terminamos el día tomando una cerveza con el grupo de colombianos que aguantó hasta la noche.
La zona de plaza es muy importante, solo la plaza roja tiene más de 23 mil metros cuadrados y está situada justo al lado del Kremlin, el conjunto de edificios administrativos de Rusia, incluida la residencia del presidente, y de la famosa basílica de San Basilio que perfectamente puede ser el edificio más famoso de la ciudad. Si bien ir en época de un gran evento tiene sus ventajas, también es complicado acceder a ciertos lugares dada la gran cantidad de turistas abarrotados en cada sitio, yo intenté entrar al Kremlin pero la fila era interminable y pues perder la visita en filas no me causa gracia.
Este post lo dejo hasta acá y ya escribiré otro con el resto de Moscú y con los partidos que vivimos desde la tribuna, de una vez les digo que tuve el placer de ver Portugal – España, y Brasil – Suiza. Pero ya les contaré en detalle.
Ingeniero de sistemas con más ganas de viajar que trabajar
¿Ya leiste mi libro?
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[…] Después de vivir la previa en Moscú nos fuimos para Sochi a vivir nuestro primer partido de una copa mundial de fútbol. Para llegar a Sochi viajamos desde el aeropuerto de Domodedovo en un vuelo local, con una aerolínea llamada Red Wings, al llegar a la puerta de abordaje notamos que se iba a retrasar el viaje pues no hacían ningún llamado, luego de un rato de espera nos confirmaron que los vuelos estaban retrasados, no recuerdo exactamente de cuánto tiempo fue el retraso pero sí que nos dieron un bono de alimentación con algunos rublos que solo aceptaban en ciertos restaurantes, terminamos haciendo una larga fila en un Mu-Mu para poder comer algo y además dar dinero de más para cubrir la comida. Así empezaba el viaje a Sochi. […]
[…] Los días en esta ciudad se pasaron volando y ya era hora de volver a tomar un avión hacía nuestro siguiente destino. […]