Workaway, segunda parte

Luego de una infructuosa búsqueda de trabajo en la ciudad de Toulouse, decidimos volver a usar el as bajo la manga, Workwaway, es una buena forma de conocer nuevos lugares y por encima de todo tener techo y comida asegurada, queríamos cambiar de región así que nos enfocamos en el norte del país, esta vez enviamos unas 10 solicitudes y solo una fue positiva, nos iríamos a la región de Lorraine al noreste de Francia, acordamos con nuestros anfitriones el lugar y la hora para la recogida y listo, ya teníamos asegurada nuestra vida por dos semanas más, así terminamos viviendo en una casa en Waldwisse gracias a Workaway.

El punto de encuentro fue la estación de tren de la pequeña ciudad de Thionville, antes de llegar estuvimos unas cuantas horas en Metz, pero trataré de explicarlo en otro post. Llegamos a Thionville a eso de las 6 y ya estaba esperándonos Oona, nuestra nueva anfitriona finlandesa, su casa no quedaba allí, queda en una pequeña comunidad de algo más de 800 personas llamada Waldwisse, justo al lado de la frontera con Alemania y muy cerca a Luxemburgo, este pueblo tiene poco o nada qué ver, lo único es la iglesia de Santa Catalina, pero lo más curioso es que se puede pasar la frontera caminando, a unos 10 minutos nada más ya hay otra pequeña comunidad alemana llamada Biringen, así que la mejor anécdota será pasar de una villa francesa a una alemana con unas pocas cuadras de diferencia, ver todo escrito en francés y que de un momento a otro te digan en la calle «Hallo» como forma de saludo.

Viviendo en Waldwisse

Este Workaway fue completamente diferente a nuestra primera experiencia, esta vez no se trataba de una finca o granja, era una casa gigante que está siendo remodelada, y cuando digo gigante me refiero a 800 M2 incluidos dos jardines. Las tareas en teoría eran más variadas pues uno podía escoger en qué quería ayudar si uno tenía la capacidad de hacerlo. Como mis habilidades son casi nulas terminamos pintando los marcos de unas puertas y unas puertas, nada difícil si se compara con otros trabajos, aunque también nos dimos cuenta que pintar sí tiene ciencia ya que las primera manos nos quedaron un poco feas. Aparte de ese trabajo también teníamos un horario para ayudar con las tareas básicas de la casa como limpiar los pisos o las chimeneas, adicionalmente cada noche alguien diferente tenía que preparar la cena, eso sí ellos ponían todos los ingredientes.

De hecho este fue uno de los mejores puntos de este workaway, cada día cenábamos algo diferente y de esa forma probamos aunque sea un poco de otras culturas, uno de los días ellos prepararon un plato típico de Finlandia, puré de papa con champiñones y queso, todo horneado, simplemente delicioso, así mismo nosotros preparamos arroz con pollo lo más parecido que pudimos a como se comería en Colombia. En la casa también había una chica de Dinamarca y también cocinaba genial. Además después de cada cena pasábamos incluso horas hablando de diferentes temas.

En cuanto a la comida, la nevera y la alacena siempre estaban llenas y éramos libres de usar lo que necesitáramos, los desayunos los preparaba cada uno y el almuerzo generalmente era lo que quedaba de la cena anterior así que no faltó la comida, y eso sí, todo de excelente calidad. Ellos intentan ser vegetarianos así que la mitad de las comidas eran vegetarianas pero también comimos carne.

Otra tarea que fue aburrida pero fácil fue abrir nueces, los anteriores huéspedes habían recogido nueces y se estaban secando, luego nosotros tuvimos que romper las cáscaras para sacarlas, fue tedioso y tardamos bastante en hacerlo para sacar unos 8 litros de fruta. También tuve que ayudar un día con la limpieza de una piscina inflable y a mover leña de un sitio a otro, ese fue básicamente todo el trabajo en esas dos semanas. Sin embargo, también pasé tiempo con el niño de la casa, y aunque no es propiamente un trabajo pues sí hay que invertir tiempo y a veces algo de paciencia pues casi siempre yo me cansaba antes que él, de todas formas también pasamos buen tiempo jugando.

El primer fin de semana, Oona tenía que llevar a su hijo a una clase en Luxemburgo y nos ofreció llevarnos para conocer, desde el pueblo el recorrido tardó una hora más o menos y para llegar tuvimos que atravesar 200 metros por Alemania, y cruzar un pueblo luxemburgues llamado Shengen, sí, allí se firmó el famoso tratado de libre movilidad europeo, pronto escribiré un pequeño post sobre nuestras 3 horas en Luxemburgo, por ahora solo quería recalcar lo curioso que fue viajar por tres países en menos de una hora.

Pero claro, nada es perfecto, la habitación que nos dieron era privada e inmensa, pero como la casa estaba en remodelación y es viejísima (tiene más de 150 años) al caminar por el piso de tablas sonaba horrible y era muy molesto, especialmente en las noches, otro tema muy fastidioso fue la iglesia del pueblo, las campanas sonaban constantemente y durante mucho tiempo, en las mañanas nos despertaban sin piedad, el encargado de esas campanas no irá al cielo, eso lo tengo claro.

En fin, una nueva experiencia, vivir con nórdicos fue genial, hablar de sus costumbres, de sus anécdotas, incluso probar su comida fue algo enriquecedor, además ahorramos un montón, de hecho solo gastamos lo de los pasajes para llegar y salir de ahí. También comprobamos que no todos los workaways son iguales, así que pueden escoger lo que más se acomode a su gusto o capacidades. Por ahora nos tocó salir dos días antes de lo planeado ya que Francia anunció una nueva cuarentena y tuvimos que buscar de afán otro workaway que pudiera alojarnos el mes completo de confinamiento, ya les contaré la nueva experiencia.

Pda: Para halloween hicimos nuestras primera calabazas talladas, es algo que no es común en Colombia pero al parecer para ellos sí, pasamos una tarde muy divertida cortando, dibujando y tallando las calabazas para decorar la casa, por aquí les dejo el resultado.

Camilo J

Ingeniero de sistemas con más ganas de viajar que trabajar

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